Érase una vez, tres hijos a los que el padre les dió igualmente tres granjas. “Ve y haz lo que quieras con tu tierra”, exclamó el padre.

El primer hijo estaba muy agradecido. Inmediatamente decidió que iba a trabajar su tierra y convertirla en un magnífico Campo de Verdes. “Plantaré y produciré las mejores verduras y hierbas que el mundo haya visto,” prometió.

Se despertaba a las 5:30 am cada mañana para trabajar su tierra y regresaba a casa después de la puesta del sol. Los días eran largos, pero como amaba lo que hacía, para él no era trabajo. Puso tanto orgullo y esfuerzo en su sueño que seleccionaba cuidadosamente cada semilla y cada cultivo era estudiado con todas sus características de germinación y crecimiento antes de plantarlas en su tierra.  Se dedico a eliminar diligentemente cualquier enfermedad y plaga a la que sus plantas pudieran ser susceptibles y fertilizó la tierra para que solo crecieran las mejores verduras y hierbas.

Todo lo que ganó en los primeros años, lo reinvirtió en su tierra. Comprendió que, para tener éxito, necesitaría dedicarse a trabajar su tierra el mismo. Entonces, se educó sobre las últimas metodologías agrícolas, invirtió en maquinaria nueva y actualizada y adoptó los sistemas de riego más innovadores y disponibles.

Esto continuó durante años y finalmente después de mucho amor y determinación, su granja comenzó a producir las mejores verduras y hierbas de la nación. Su granja llegó a ser conocida en todo el país y la gente la apodó en vez de Campo de Verdes a Campo de Sueños, porque todo lo que plantaba crecía con resultados asombrosos.

Con el tiempo, el agricultor comenzó a enseñar a otros agricultores que venían de todas partes a aprender su magnífica metodología agrícola. Y así se dice que el primer hijo pasó a vivir una vida plena, abundante y feliz cosechando y compartiendo los frutos de su trabajo.

El segundo hijo también estaba agradecido por su tierra. Decidió que también la cultivaría. Pero, también tenía otros deseos, por lo que decidió vender la mitad de su tierra y usó el dinero para disfrutar de su vida de inmediato. Se compró una casa grande, un bonito coche y un barco. Con el resto de la tierra, decidió cultivar patatas de diferentes tipos.

Trabajaba su tierra solo a tiempo parcial para poder pasar su tiempo libre disfrutando de sus muchos juguetes. Se informaba periódicamente sobre los nuevos sistemas agrícolas que podrían ayudar a que sus cultivos produjeran con más éxito. Cada cosecha, el segundo agricultor, sacó la riqueza producida por su granja y la gastó viviendo a lo grande.

Su granja no se convirtió en una gran industria, pero produjo lo suficiente para satisfacer las expectativas del agricultor. Entonces se dice que el segundo hijo pasó a vivir una vida estándar y limitada.

El tercer hijo tomó la tierra, pero decidió que no quería vivir atado a ella, por lo que vendió la mayor parte de la finca. Dejó a otra persona a cargo de lo que quedaba y eligió cultivar tomates. Aprovechó las ganancias de la venta para viajar por el mundo y vivir lujosamente. No invirtió nada en su tierra y gastó las ganancias que recibió de la pequeña producción de la tierra.

Poco después, el tercer hijo se encontró sin un centavo y sin tierra. La finca nunca fue cultivada adecuadamente y como él nunca se molestó en trabajarla o invertir en ella, la finca fue mal administrada, dañada y la tierra se contaminó. Al ver que había perdido todo lo que tenía, se dice que el tercer hijo pasó a vivir una vida pobre, miserable e insatisfecha.

La Moraleja de la Historia:

TU MENTE ES COMO UNA GRANJA. A tu mente no le importa qué cultivas o que semillas elijes sembrar. Te dará todo lo que le des. Si le das excelentes semillas y te tomas el tiempo para cultivarlas, obtendrás excelentes productos. ¡Eres el agricultor de tu propia vida! Tus pensamientos, creencias y decisiones son el motor que determina el tipo de cosecha que produces.

Tu mente es más poderosa y obediente de lo que crees. Cada pensamiento que piensas produce una reacción fisiológica en tu cuerpo, un sentimiento o emoción que emite una frecuencia y esa frecuencia está al centro de lo que atraes y creas en tu vida.

Puedes elegir ser el primer Agricultor. Elije cuidadosamente qué pensamientos permites que germinen y crezcan en tu mente. Decide invertir tu tiempo y esfuerzo en cultivar tu mente e invertir en aprender cómo auto-mejorarte. Pon esfuerzo y determinación para crear la vida de tus sueños y elije hacer una diferencia en este mundo. Nada en la vida surge de la nada, todo requiere esfuerzo. Está en tu poder tener una vida abundante y plena.

Puedes elegir ser el segundo Agricultor. Estas son personas que tienen una idea del poder que los pensamientos pueden tener en sus vidas. Han leído o escuchado algo al respecto, pero no están muy seguros de creerlo. Otros que lo creen, deciden no seguirlo porque saben que el cambio requiere demasiado trabajo y no están dispuestos a dedicarle el tiempo.

En cambio, eligen vivir sus días con una falsa sensación de control sobre sus vidas. Y una pequeña minoría, trabaja parcialmente en mejorarse, fertilizan sus fincas por períodos cortos, viven la vida esperando lo mejor, pero cosechan solo en proporción a su esfuerzo y expectativas.

Por último, pero no menos importante, puedes ser el Agricultor número tres. La mayoría de las personas pertenecen a esta categoría. Van por la vida de forma inconsciente y en piloto automático, sin invertir nada en su finca. Están gobernados por sus pensamientos limitantes, toman malas decisiones, lo que les hace crear vidas limitadas. Estas personas toman todas sus ganancias para obtener placeres externos y temporales y viven la vida culpando de sus calamidades a los demás, menos a ellos mismos. No son conscientes de que pueden ser creadores activos de su vida, por lo cual se hacen susceptibles a la aleatoriedad de la vida experimentando cualquier cosa que se les atraviesa.

Realmente está en tus manos elegir el tipo de vida que quieres vivir y crear. Todo comienza con las creencias que tienes sobre ti mismo y el mundo que te rodea y los pensamientos que permites que entren en tu mente.

Tu mente piensa alrededor de 75.000 pensamientos al día. Estos pensamientos se generan en función del sistema de creencias que tienes y el 90% de esos pensamientos son los mismos pensamientos que pensaste el día anterior. Lo interesante es que la mayoría de esos pensamientos son inconscientes, lo que significa que ni siquiera te das cuenta que los tienes.

Una mente contaminada pasa el 70% de su tiempo pensando y reviviendo algún evento, algún dolor o trauma pasado que te mantiene anclado a ese pasado doloroso.

Cuando le dedicas tanta energía a tus pensamientos y creencias negativas e inconscientes, afectas cómo piensas y cómo te sientes. Cómo piensas y cómo te sientes, con el tiempo, se convierte en tu estado de ser, y debido a que no puedes pensar mejor de lo que te sientes, todos tus pensamientos, creencias y acciones están alineadas para crear una vida que te brinda las mismas cosas que tú has tenido en el pasado. Y debido a que pasas la mayoría de tu presente en el pasado, tu futuro no será más que una réplica de ese pasado.

Atraer una vida mejor está a tu alcance. Todo comienza con las semillas que le das a tu mente. The Gratitude Experiment es un proceso de 28 días de gratitud y está diseñado para ayudarte a tomar conciencia de sus pensamientos inconscientes, superar sus creencias limitantes y como darle a tu mente un plan de la vida que realmente deseas crear.

Recuerda, tu cosechas lo que tu siembras!

Matriculate en la próxima clase de FMTG, regístrate en: https: /fmtg.teachable.com y ve cómo se transforma tu vida. Invierte en tu finca y cosecha la vida que debías tener: una de abundancia y plenitud.

Con gratitud,