“Si no se abre, no es tu puerta”

Es fácil estar contento cuando las cosas que deseamos se materializan. Nos sentimos agradecidos mientras las puertas se abren para nosotros y mientras la racha de suerte nos siga llegando. Pero raramente se nos alienta a encontrar lo bueno en los ‘No’ que obtenemos.

Nos desilusionamos ante las oportunidades que perdemos y rara vez vemos motivos para sentirnos agradecidos por las puertas que se cierran a lo largo del camino. Vemos estas cosas como parches de mala suerte y encontrar el regalo en lo que no nos sale como queremos está virtualmente fuera del ámbito de apreciación para muchos de nosotros.

Estoy aquí para decirte que seas igualmente agradecido por las puertas que se cierran. Se agradecido cuando un sueño que deseas no se hace realidad de la manera que esperas. Cuando no obtenemos lo que deseamos, puede ser porque el Universo planea brindarnos un mejor regalo o mostrarnos un camino más elevado o una mejor posibilidad. He llegado a comprender que el Universo abre puertas, pero también cierra puertas que no están destinadas para nosotros. Simplemente significa que el Universo tiene un plan diferente, el cual nosotros en el momento quizás no entendemos.

El problema es que a menudo nos falta paciencia y no nos gusta sentir la incomodidad de no saberlo todo. Esto es especialmente cierto para mí, siempre queriendo ver tres pasos por delante. Siento necesidad de saber de antemano el destino, el objetivo final, lo cual me impide disfrutar el trayecto y esto me ha causado decepciones en mi vida. Sin embargo, estoy aprendiendo a desistir de la necesidad de saberlo todo y acoger lo desconocido, a confiar en que las cosas no suceden en mi lapso de tiempo y que todo sucede como debe ser y para mi mayor bienestar.

Como dice Joel Osteen, “Incluso las situaciones que parecen ser una crisis, aún pueden ser el plan de Dios. Puede que no lo veamos en medio de nuestro dolor, pero esa crisis, los malos momentos, esas cosas que no tienen sentido para nosotros en el momento es porque no podemos ver todo el camino que Dios nos tiene por delante.”

Necesitamos aprender a encontrar paz y aceptación, tener fe y permitir que el Universo revele su plan para nosotros. Esto no significa que abandones tus sueños. No. Significa que debes permanecer abierto a las posibilidades y aprendas a reconocer las señales y direcciones que el Universo te presenta en el camino a tus sueños.

Cuando terminé mi licenciatura en 1993, quería ser abogada más que cualquier otra cosa en el mundo. Hasta donde yo puedo recordar, siempre tuve el deseo de ayudar a la gente. Quería convertirme en abogada no por prestigio o dinero, sino porque quería ayudar a quienes injustamente son acusados y no pueden probar su inocencia.

Vengo de una larga lista de doctores en mi familia, pero nunca desarrollé el mismo amor por el arte de la medicina como mis antepasados, así que no pude seguir ese destino. Siendo la hija de un cardiólogo clínico, pensé que era una vocación asombrosa porque, ¿qué mejor regalo hay que darle a alguien el don de la vida? pero simplemente no era para mí. Cuando era muy joven, me fascinaba la serie de televisión de un abogado llamado, Perry Mason. Me dije a mí misma, “Si no puedo darle a alguien el don de la vida, ¡la mejor alternativa es el regalo de la libertad!” Ese era mi sueño. Yo quería ser como Perry Mason.

Si le preguntas a alguien que me conocía en ese entonces, te dirán que me rompí la vida para ingresar a la facultad de derecho. Desafortunadamente, debido a que el inglés no es mi idioma materno, no pude calificar lo suficientemente alto en la prueba de admisión a la facultad de derecho, LSAT para ser aceptada. Estudié mucho, y honestamente hice todo lo que pude dentro de los medios que tuve para elevar mi puntaje, pero mis esfuerzos fueron inútiles. Mi puntaje era insuficiente.

Para aumentar mis posibilidades de cualificar en el futuro, decidí seguir una maestría en justicia penal, con la esperanza de que esto me diera un poco más de peso en mi solicitud para la Facultad de Derecho. Me gradué de ese programa en 1995 con un impresionante promedio de A, pero esos estudios combinados con mi puntaje de LSAT aún no fueron suficientes para hacer admitida.

Viví y obsesioné la posibilidad de ir a la escuela de leyes por varios años. Recibí excelentes cartas de recomendación. Incluso envié estudios al Departamento de Admisiones que mostraban que un LSAT de puntaje marginal no era un precisó indicador del éxito real que tendría un alumno. Nada ayudó. Decepcionada, no podía entender por qué no podía lograr mi sueño.

Hoy, mirando retrospectivamente las opciones de mi vida, sé que la facultad de derecho hubiera limitado lo que el Universo tenía reservado para mí. De haber sido aceptada a la facultad de derecho, no habría tenido la oportunidad de fundar una empresa de EdTech llamada Embanet.

Embanet ayuda a los profesionales que trabajan a tiempo completo a mejorar sus vidas a través de la educación continua, que les brindamos en línea. En 1996, mi compañero Jeffrey y yo establecimos la intención de tocar las vidas de más de un millón de estudiantes en todo el mundo, y para el 2006 habíamos logrado eso y más.

El sueño que comenzamos a trabajar desde nuestra habitación se convirtió en uno de los principales proveedores de educación a distancia en el mundo. Por lo tanto, terminé teniendo un mayor impacto en las vidas de las personas de lo que hubiera soñado y logrado si me hubiese hecho abogada. Como dice Osteen: “Dios ve lo que no puedes ver”

El Universo entendió más que yo. Mi verdadero deseo era ayudar a la gente. La escuela de leyes era solo un medio para un fin. Después de que esa puerta se cerró en mi cara, el Universo me dio precisamente lo que mi corazón deseaba a través de otra avenida. ¡Hará lo mismo contigo!

Gracias a la fundación de nuestra empresa, una madre soltera puede ir a la escuela para mejorar la vida de su familia mientras también trabaja. Estábamos haciendo posible que las personas que de otro modo solo podrían haber aspirado a ser más de lo que eran, cambiaran sus vidas y su futuro poniendo la educación a su alcance y disposición.

Ves? nunca abandoné mi sueño de ayudar a la gente. El Universo simplemente eligió una manera diferente para que yo usara mi talento y deseo. Hay muchas rutas para llegar a tu destino. Debes confiar en que si algo no sucede de la manera que esperabas a pesar de tus esfuerzos, no significa que tu sueño no se cumplirá. Mi supuesto fracaso de ingresar a la facultad de derecho es solo un ejemplo de las muchas puertas que el Universo me ha cerrado para acercarme más a mi destino.

Otro ejemplo que me gustaría compartir contigo es una historia que escuché a Joel Osteen contar,

En un vuelo, Joel quiso abrir la bandeja para anotar algunas notas. La bandeja estaba en el lado justo debajo de la ventana. Quería abrir la mesa, así que tiró y tiró y nada. La bandeja no se abría a pesar de lo que él hiciera. Joel miró a su amigo sentado al otro lado del pasillo quien fue capaz de sacar la bandeja de su mesa sin ningún problema y parecían ser las mismas, así que Joel comenzó a sentirse frustrado. Tiró, tiró, luchó y la mesa no se abrió y pensó a sí mismo: “Voy a abrir esta mesa, aunque sea lo último que haga.” La mesa no se abrió. Finalmente vino un miembro del personal. Señaló la ventana donde había un letrero allí en grandes letras,

No es una bandeja. Salida de emergencia solamente.” Como dice el refrán, a veces no obtener lo que queremos también puede ser un golpe de buena suerte.

Cuando escuché esta historia, no pude evitar reírme. Lo encontré gracioso, pero tan revelador de cosas en la vida.  A veces lo que nos frustra en el momento es el Universo protegiéndonos de un daño mayor.

En el caso de Joel, no salirse con la suya, ¡le salvó la vida!

¿Mi punto?

Desde que aprendí a estar agradecida por las puertas que se cierran, mi vida ha alcanzado un nivel de paz que nunca antes había tenido. Al igual que la historia de mi escuela de leyes, hay muchos otros ejemplos. Estoy seguro de que muchos de ustedes han tenido puertas que se cerraron en la forma de una relación romántica la cual deseabas tanto y con el corazón roto, podría haberte sido difícil mantenerte optimista. Ese fue el caso para mí.

Pero cuanto más practiques entregárte a la supervisión del Universo, más aprenderás a confiar y encontrarás consuelo en lo que no sale a tu manera. No estoy seguro de ti, pero para mí, una vez que el Universo reveló su plan sobre el por qué esa relación no funcionó, entendí que era porque el Universo me amaba demasiado como para permitir que me quedara en una vida que era inferior a la que ella había planeado para mí.

¿Mi simple pedido de ti?

¡Intentalo!

Aprende a confiar en el Universo cuando una puerta se cierre para ti. En lugar de sentirte frustrado como si el mundo estuviera en tu contra, recuerda, si esa puerta se cerró, es porque no era tu puerta.  Recuerda, cuando Dios cierra una puerta en algún lado, el abre otra, no lamentes la puerta que por una razón se cerró.

Confía en que se te presentará una mejor oportunidad, un mejor amor, un camino más elevado que nunca podrías haberte imaginado. Cuando permanecemos en la fe, permanecemos en el flujo y es en lo desconocido donde ocurren los milagros.

Recuerda que el Universo responde a nuestras oraciones de tres maneras,

‘Sí’, porque lo mereces,

‘No’ – porque te mereces algo mejor, Y

‘Todavía no’, porque lo mejor está por venir.

Con gratitud,