¿Eres culpable de mirarte en el espejo y de no gustarte lo que ves?

¿Alguna vez has deseado parecerte o ser alguien diferente de ti mismo?

¡Yo sí!

No una, sino varias veces en mi vida.

Sé que esto no es el tipo de cosa que a uno le gusta confesar abiertamente al mundo. Tememos del que dirán. Pero es tiempo de romper el silencio y hablar sobre una enfermedad que nos afecta a muchos en algún momento de nuestras vidas. Estoy hablando de nuestra,

 DISTORSIÓN DE IMAGEN, NUESTRA FALTA DE AMOR PROPIO Y  NUESTRA FALTA DE AUTO ACEPTACIÓN

¿Has notado cómo los niños tienen toda la confidencia en el mundo? Los niños son valientes y no tienen inhibiciones. Ellos tienen una alta autoestima. No es sorpresa que los niños se creen capaces de ser cualquiera de sus superhéroes favoritos. ¿No es así? A menudo yo solía ser la Mujer Maravilla y en otras ocasiones jugaba a ser la mujer Biónica y soñaba con salvar al mundo. Nada era imposible para mí. ¿Que pasó?

En algún momento en nuestra infancia perdemos por completo de vista nuestra perfección. Alguien nos dice algo desagradable en el parque, en la escuela o en casa y de repente perdemos confianza en nosotros mismos y comenzamos a juzgarnos por medio de lo que otros piensan de nosotros.

El mundo que nos rodea nos hipnotiza a creer que lo que somos no es suficiente. Inadvertidamente, nos enseña que aspirar a obtener más o ser mejor es el boleto a la felicidad.

Desgastamos nuestro preciado tiempo mirando por encima de la cerca del vecino, comparando cuánto más verde es su hierba en comparación a la nuestra. Tristemente, la misma persona del otro lado de la cerca a quien admiramos tanto, también está mirando la hierba de otra persona o incluso asta la propia nuestra, pensando y deseando tener lo que la otra persona tiene.

Trágico.

Pasamos toda nuestra vida deseando ser más delgados, más ricos, más altos, más inteligentes, más guapos, más jóvenes, más sanos, más rápidos, y la lista continúa. Nos enfocamos tanto en lo que creemos que nos falta y en lo que nos gustaría llegar a ser, que perdemos aprecio por el regalo que somos.

Luchamos por conformarnos a lo que creemos que la sociedad espera que seamos. Cuando no podemos alcanzar el deseo anhelado, nos frustramos recurriendo a conductas y hábitos destructivos. He visto a muchas personas elegir caminos que conducen a la bulimia, la anorexia, la obesidad, la ansiedad o la depresión, y muchos lo hacen inconscientemente como un castigo auto infligido.

Todo por qué?

Por la simple aprobación social de los demás?

En lugar de buscar nuestra propia aprobación y valorarnos internamente, esperamos que los demás sean el espejo de lo que creemos que necesitamos ser. En la búsqueda de esta ilusión, perdemos las mejores partes de nosotros mismos.

Cuando era adolescente, me quejaba de mi apariencia física y deseaba que mi cuerpo se pareciera al de otra persona. En mis años 30 hice lo mismo a pesar de que estaba en la mejor forma de mi vida. Parece que no importaba en qué etapa estuviera, no me molesté en disfrutarlo o en estar agradecida por lo que tenía.Ahora en mis 40 años miro hacia atrás mis fotos tomadas en un momento en el que no me apreciaba y me encanta lo que veo. Me pregunto como pude ser tan ciega y desagradecida, por no haber visto lo que veo hoy.

Dedicamos gran parte de nuestro valioso tiempo a luchar por una carrera a la perfección que no existe. Nos vemos atrapados corriendo en círculos como un ratón en una interminable rueda pensando y actuando, creyendo y viviendo en la misma narrativa de nuestra programación subconsciente del pasado que nos lleva a un estado de ser insatisfecho. Este doloroso tiovivo nos lleva al camino de la infelicidad.

Es lo que hacemos nosotros los humanos, aprendemos a apreciar las cosas una vez que ya han pasado, una vez que ya se han ido. Vivimos nuestras vidas en la ilusión de que necesitamos encontrar alegría y satisfacción a través de factores externos, por lo cual lograr una cierta apariencia y acumular cosas materiales se convierten en la medida de nuestro éxito.

A muchos les gusta culpar y atribuir gran parte de nuestros problemas de auto imagen a los medios sociales y las industrias de la moda pero la responsabilidad es solo nuestra.  Debemos de mirar hacia nuestro interior con gratitud y encontrar la fuerza para desafiar los medios, romper el velo de ilusión y amarnos a nosotros mismos por lo que somos y estar en paz con los dones que tenemos.

Una historia,

Cuando mi hija menor, Emma tenía cuatro años, estaba absolutamente enamorada de sí misma. Mi niña creía que ella era la más bella de todas. Emma pasaba horas delante del espejo, enamorada mirándose a sí misma. Si había un espejo en alguna parte de las calles, el centro comercial o los restaurantes, allí se podría encontrar a Emma, ​​posando y admirándose a sí misma. ¡No éramos los únicos que lo notábamos! Todos lo hacían y la gente sonreía ante tal espectáculo.

En uno de nuestros viajes, nuestro hotel tenía un largo pasillo que conducía al restaurante con espejos en ambos lados que se extendían a lo largo del pasillo. Emma, ​​naturalmente, caminó con la cabeza hacia un lado mirando su reflejo por todo el camino, sin prestar atención a lo que estaba delante de ella. Emma salió de su pasarela de belleza cuando chocó contra un pilar, se golpeó la cabeza y cayó al suelo. Afortunadamente, Emma no se lastimó y todos nos reímos de lo chistoso que todo fue.

Un día, todo ese hermoso amor propio y seguridad de Emma terminaron en un instante. Emma estaba en el campamento de verano una mañana preparándose para su lección de natación en su lindo bikini cuando de la nada, una niña le dijo a Emma:

“Tienes una barriga grande”. 

¿El impacto?

Emma no quería usar un bikini durante los siguientes tres años y cuestionó su belleza exterior a través de una sola declaración hecha por una sola persona. Un comentario inapropiado fue suficiente para destruir el autoestima de Emma. Sí, eso es todo lo que se necesita y tal vez todo lo que que se necesitó para que tú o yo sintiéramos lo mismo acerca de nosotros mismos.

Llevó muchos años poder reconstruir el autoestima de Emma y restablecer la imagen corporal que ella tenia. Tomo tiempo re programar lo que Emma pensaba era verdad acerca de ella misma — que era y es perfecta en todos los sentidos, barriga o sin barriga, la belleza real de Emma brilla desde adentro.

Afortunadamente, Emma tenía suficiente fortaleza y ha superado este período de baja autoestima, pero mi punto está hecho. Muchas personas no son tan afortunadas y terminan siguiendo un camino de comportamiento destructivo o un trastorno alimentario. A través de patrones aprendidos de comportamiento, creencias y experiencias, todos adoptamos filtros que nos hacen cuestionar si somos dignos, bonitos, inteligentes o lo suficientemente buenos.

La buena noticia es que puedes cambiar esto. Hay otra forma de superar nuestra programación y finalmente curarnos de esta enfermedad que nos impide verdaderamente brillar nuestro esplendor divino.

Cuando tengas un momento, mira la película I Feel Pretty (2018). Renee, interpretada por Aimee Schumer, se da cuenta de que mirarse y sentirse bella es un trabajo interno. Renee aprende que ser delgada o hermosa no es garantía de ser amada o aceptada por otros. De hecho, lo único que importa es lo que creemos ser verdad acerca de nosotros mismos. La verdadera belleza interna es contagiosa y admirable.

Renee descubre que incluso las chicas que ella pensaba que eran perfectas, luchan con problemas de autoestima y rechazo. Al final, Renee tiene un momento de realización cuando comprende que lo que pensamos de nosotros mismos es mucho más poderoso que lo que otros piensan de nosotros. Renee propiamente experimentó que cuando tienes la confianza de aparecer como tú misma, lo más real posible y cuando te atreves a ser , todo es posible.

Mi maestra espiritual Sabrina a menudo dice que hasta que aprendamos a amarnos a nosotros mismos, no somos capaces de amar a nadie más. Espero que lo que he compartido hoy te haga reflexionar sobre tu trayectoria. Te regalo lo que mí me ha llevado décadas realizar y apreciar. Ahora soy consciente de mi belleza interior y estoy agradecida por este cuerpo que alberga mi preciosa alma. Soy más aceptante conmigo misma que en mis años pasados. Ahora tengo la costumbre de mirarme al espejo y decirme que soy hermosa y que hoy estoy en la mejor forma física de mi vida.

Mi deseo para ti es que aprendas a amarte a ti misma. Debemos aprender a ser lo suficientemente fuertes para no permitir que el juicio de los demás destruya nuestra certeza y seguridad infantil. Doy eco al ejemplo de mi hija Emma, ​​que tuvo el coraje y la sabiduría suficiente para comprender que su valor no depende de cómo los demás la ven, sino de cómo se ve ella a sí misma. Solo puedes decidir tu valor y solo necesitas creerlo. Practica amarte a ti misma. Date permiso de ser tú, sin excusas. Date permiso para vivir tus sueños y perdónate por los errores del pasado. Date permiso para comenzar de nuevo y ser más egoísta para cuidarte tú primero. Estos son actos de amor propio y es una forma positiva de comenzar a practicar auto asistencia.

Deja de tratar de ser como otra persona. No te esfuerces por ser perfecta para ser querida o aceptada. Aprendí que son tus imperfecciones y peculiaridades las que atraen a las personas. A pesar de la creencia general, las personas no se relacionan con la perfección, se relacionan con la autenticidad, así que no temas ser real, abierta y vulnerable.

Las cosas que crees que debes cambiar son las mismas que otros pueden admirar en ti. Me tomó años darme cuenta de que no tenía importancia toda esa obsesión por la perfección para impresionar a los demás, porque en realidad, a nadie le importa. Las personas que merecen estar en tu vida te amarán sin importar cómo te ves.

No estoy diciendo tampoco que te dejes de cuidar físicamente. Estoy diciendo que te ames y te aceptes a ti misma por lo que eres y cuando hagas esto, automáticamente tomaras mejores decisiones para tu cuerpo y para tu vida. No fue hasta que pude tener el coraje de dejar la mascarada en la que vivía, que me di cuenta de que no necesitaba esconderme detrás de mi máscara. ¡Tú tampoco!

Deja de alimentar al impostor que vive en ti y atrévete a ser tú. Sí, esa — ! La bella, la que tiene un rollo o dos, la que tiene arrugas, la que tiene estrías, la de mejillas regorditas, la de cuerpo grueso, la de pelo tupido y rizado, la de las pecas, la baja, la que tiene canas – ¡Sí, esa hermosa tú!

Ten confianza en quien eres en todo momento de tu vida. ¡Sé agradecida de ser tú! Ama a tus defectos. Sin tus supuestos defectos, no serías tú y confía en mí cuando te digo que este mundo está ansiosamente esperando disfrutar el regalo de la verdadera TU.

No hay un espejo mágico en la pared que pueda decirte que eres hermosa ni persona en este mundo que pueda validar eso por ti. Solo tú tienes la magia para creer y decirte a ti misma que … ¡ERES EL MÁS BELLA DE TODOS! 

Con gratitud,