La espiritualidad nos enseña que vivir con remordimiento no sirve ningún propósito, y en cambio, debemos vivir en el “aquí y ahora” porque hoy es todo lo que tenemos.  El mañana es una promesa y el ayer ya se fué.  Entiendo bien este concepto. Trato conscientemente de vivir mi vida en el momento, pero hoy, no puedo evitar querer hacer un viaje por mis carriles ya pasados.  Espero que no te importe y que me acompañes mientras mi corazón se llena de melancolía.

La espiritualidad también nos enseña que si sentimos emociones, no hay que luchar contra ellas. En cambio, nos dice que reconozcamos nuestros sentimientos y les permitamos pasar a través de nosotros. Bendice el hecho de que te permites sentir tus sentimientos sin vergüenza y sin juzgar. Así que de esa manera, me permito sentir la tristeza y nostalgia que me consume al recordar cosas pasadas.

“Si pudiera regresar el tiempo” es la frase que hace eco en mi alma. Hay una tristeza que se apodera de mi ser. Ojalá pudiera viajar hacia atrás y tener la oportunidad de hacer tantas cosas diferentes a las que hice.  Lamentablemente, no conozco a Doc Brown (Christopher Lloyd), el científico excéntrico de la película, Back to the Future (Volver al Futuro ) 1985. Seguramente hubiera podido usar su máquina del tiempo construida de un automóvil DeLorean para viajar por el tiempo como lo hizo Marty McFly (Michel J. Fox).

Tampoco puedo entrar en un agujero negro en el universo donde se dice que el tiempo y el espacio cambian de lugar. De igual manera no vivo en un mundo de fantasía, visitada por ángeles de la guarda para ofrecerme un viaje de regreso al pasado, como es el caso en algunas de nuestras queridas películas de Hollywood.

Mr. Destiny, (Señor Destino) 1990.  Larry Burrows, interpretado por Jim Bulushi, se encuentra con un ángel disfrazado de cantinero (Michael Caine). El ángel le prepara a Larry un cóctel especial que envía a Larry de vuelta a un momento crucial en el pasado, un momento en el que una sola decisión que Larry hizo le trazó un camino diferente en su vida. El ángel le da a Larry la oportunidad de retroceder y cambiar su acción. Por lo tanto, le permite a Larry lograr la vida que él pensó que quería.

Otro favorito, The Family Man, (Hombre de Familia) 2000. El Ejecutivo exitoso de Wall Street, Jack Campbell (Nicolas Cage) está en la cima de su carrera profesional con un estilo de vida acelerado que él cree que ama. Su vida cambia drásticamente una noche de Navidad cuando se encuentra con un ángel que envía a Jack hacia el pasado. El ángel le da a Jack una visión de cómo hubiese sido su vida si hubiese tomado una decisión diferente.  Jack toma una decisión diferente que lo lleva a un resultado muy diferente para su vida. Jack vive una vida superior a cualquier exceso material como hombre de familia, rodeado de amor y cariño.  Encuentro estas dos películas de interesante contenido, ya que ambas brindan la oportunidad que a muchos de nosotros nos gustaría tener.

Como Larry y Jack, recuerdo con precisión mi “momento crucial” y la decisión que tomé la cual cambió para siempre el curso de mi vida.

¿Te acuerdas de la tuya?

Si un ángel viniera a darte la oportunidad de viajar hacia atrás del tiempo para darte una segunda oportunidad, ¿la tomarías?

A veces nos volvemos ciegos por nuestras inseguridades y nuestro vacío interior. Hacemos a los demás responsables por nuestra felicidad. Cuando no nos sentimos felices y satisfechos, culpamos a los demás por no cumplir con nuestras expectativas. Matamos grandes amores. Grandes amistades se rompen y hacemos que muchas alianzas terminen.  Pero recuerda, solo tú eres el responsable de tu destino y tu felicidad.

Todo lo que nos sucede, lo causamos consciente o inconscientemente. Esa es una de las leyes del Universo. Causa y Efecto. No puedo creer que yo hubiera atraído de alguna manera circunstancias dolorosas a mi vida. Nunca sentí que llamara estas cosas hacia mí, pero así lo es, me guste o no. Todo lo que ha pasado en mi vida, bueno o malo, fue causado y atraído por mí.

Al saber esto, pregúntate a ti mismo: “¿Cuántas relaciones podrías haber salvado si hubieras sabido esto? No sé tú, pero soy culpable de haber terminado algunas cosas maravillosas en mi vida. Culpé a otros por mi falta de amor propio, por mi falta de conciencia y propósito.

No puedo cambiar el pasado. Se ha ido, pero si pudiera, yo…

  • Volvería atrás y haría las cosas mejor.
  • Haría reparaciones.
  • Emendaría errores.
  • Haría las paces.
  • Diría lo que quise decir.
  • Haría lo que pospuse hacer.
  • Quitaría el daño que causé, especialmente a aquellos que amo tanto.
  • Pensaría antes de actuar.
  • Mantendría el rumbo que insistí en cambiar.
  • Aguantaría la tormenta.
  • Amaría más.
  • Perdonaría más.
  • Disfrutaría más.
  • Apreciaría más.
  • Cultivaría a mi interior más.
  • Tomaría mejores decisiones.
  • Me alejaría más pronto de personas y situaciones perjudiciales.
  • Me gustaría conocer a alguien de nuevo por primera vez y hacer las cosas bien.
  • Correría los riesgos que no tomé.
  • Haría las cosas que tuve demasiado miedo por experimentar.
  • Si pudiera volver al pasado, me gustaría revivir momentos increíbles para poder vivirlos dos veces.

Si pudiera retroceder el tiempo…

Retroceder el tiempo sería como tener una segunda oportunidad para emendar arrepentimientos.  Hay muchas cosas que quisiera poder cambiar.  Sé que probablemente tú compartes mis sentimientos.  No creo que haya alguien a quien no le gustaría retroceder el tiempo y cambiar algo de su pasado.  Todos estamos unidos y conectados por medio del amor que damos y por el daño que causamos.

Compartiré contigo algo muy personal.  Cuando tenía apenas veinte años, recuerdo haber dicho: “Si tuviera que morir hoy, puedo decir que he vivido una vida sin arrepentimientos.”  Esa fue una sensación increíble.  Ahora a los 46 años, ya no puedo decir lo mismo. Entonces, ¿qué ha transcurrido en esos 20 años? ¿Cómo pudo mi vida tomar un camino tan diferente, tan equivocado?  No lo sé.  Quizás perdí la perspectiva. Olvidé lo que era realmente importante. Me volví egoísta. Deje que mis impulsos rigieran mis acciones. Deje que mi vida basada en el miedo y el ego tomaran el control.

Mi conciencia ha despertado, y 20 años después, me encuentro con un peso de conciencia sobre mis acciones pasadas.  Quiero ser sincera y vulnerable contigo sobre todas las cosas que siento en este momento.  Lo importante es saber que estos mismos remordimientos son también las mismas gemas que me han impulsado a este camino de autodescubrimiento.  Sin ellos, no estaría donde estoy hoy.

Como mi guía espiritual dice, todo lo que ha sucedido se ha llevado a cabo para mi mayor bienestar. Para enseñarme sobre las cosas que necesitaba encarar y cambiar en mi vida.

Me gustaría aprovechar esta oportunidad para decirles a todos los que he herido que estoy profundamente apenada por cualquier dolor que mis acciones puedan haberles causado. Intencionalmente o no, ahora sé que las palabras a menudo cortan más profundo que el cuchillo más afilado.  A mi familia y amigos, sepan que los amo. Ya no quiero vivir con la pena de no haberles hecho saber que los quiero.  Sepan que agregan un significado tan maravilloso a mi vida y estoy agradecida de tenerlos como una bendición.

No puedo cambiar el pasado. Tengo que vivir con eso. Soy consciente de que sentir esa sensación de nostalgia es parte de mi progreso mientras trato de reparar los errores de mi pasado. En la vida, aprendes a soportar los golpes y a entender que todo es parte de la experiencia humana.

No se puede elegir si enfrentaremos remordimientos, pero podemos elegir aprender de ellos o sentirlos en vano. Así que elijo mirar mis arrepentimientos no como manchas oscuras de mí vida, pero como diamantes que iluminan mi camino presente y futuro. Como dice Meriane Williamson: “Nos convertimos en lo que debemos ser después de haber tenido que comer algunos agudos y duros espinos de existencia humana y esa es la curación definitiva. El entendimiento de que podemos ser mejores personas por ello.”

Entonces, ¿cómo encuentro reconciliación a mi melancolía?

Encontrando paz en el saber de qué todo lo que sucedió, sucede y todo lo que sucederá, ESTÁ SUCEDIENDO PARA MÍ, para ponerme en el camino de un mayor bienestar.  Eligiendo vivir de manera auténtica y honorable para poder mirar a mis hijas y no sentir vergüenza de la persona que soy.  El proceso de enfrentar nuestra oscuridad, en el coraje de soportarlo, de aprender de él, de procesarlo, de trascenderlo, de obtener la autorrealización, es lo que nos lleva a una vida más pacífica. Es en este proceso que encontramos las claves para vivir verdaderamente una vida empoderada.

  • Así que elijo vivir cada día haciendo lo correcto, no lo que es fácil.
  • Elijo vivir en el momento.
  • Elijo ver a otros desde un lugar de empatía.
  • Elijo tratar a los demás como me gustaría ser tratada.

Lo único que puedo hacer es mirar a cada día como un regalo.  Una nueva oportunidad para empezar de nuevo y vivir desde un lugar de orgullo y gratitud.

El recordar mis penas del pasado y liberarlas al Universo me ha ayudo sanar.  Mis lamentos del pasado me han enseñado tanto sobre mi oscuridad como de mi luz. Los pensamientos que a veces envuelven mis noches, cuando no puedo relegarlos a las actividades del día, es cuando enfrento mi realidad. No puedo ni debo tratar de escapar de mis momentos oscuros, ya que en ellos es donde se abren puertas de luz.

Sentir tristeza, arrepentimiento, dolor, es parte de ser humano.

“Hola oscuridad, mi vieja amiga, he venido a hablar contigo nuevamente” son más que solo letras de la canción de Simon y Garfunkel. Es una aceptación que en este momento me enfrento con el anhelo de tener la oportunidad de sanar mi pasado: todo lo que ‘podría haber sido’.

Creo que veo lo mucho de lo que me gustaría cambiar porque ahora estoy en un mejor lugar en mi vida. Me gustaría poder volver hacia atrás y aplicar todo lo que he aprendido y regalarle a mi pasado las cosas tan maravillosas que hoy conozco. Creo que esa es la razón de mi nostalgia.

Sabiendo lo bueno que es ahora mi presente, me dan ganas de volver atrás y hacerlo genial desde el principio.  Pero no puedo.

Tengo que aprender a vivir con los momentos dolorosos del pasado y los recuerdos que traen. Reconozco que las cosas se anexan como tal, disfrazadas como agentes poderosos de crecimiento. Es debido a estas lecciones de vida que ahora puedo vivir en un estado de gratitud.

“Arrepentimiento, remordimiento, humillación, dolor, fracaso, pérdida: todo esto puede ser insoportable. A pesar de lo difícil que pueden ser, también pueden allanar el camino con iluminación, la conciencia, el perdón, la humildad, la contribución, el aprecio, la gratitud y la fe”. – Meriane Williamson

Cada vez que escribo sobre mi vida, dejo que mi corazón se abra mientras se rompe. Cada vez que profundizo a entender mi interior, las cosas que necesito sanar, emergen, pero no conozco una terapia o agente curativo mayor que tomar conciencia de mi vida y mis acciones. La espiritualidad se trata realmente de eso. No es una práctica de meditación y felicidad. Es un viaje de prueba y triunfo. Como dice Meriane Williamson, “El camino hacia la espiritualidad es aquel en el que cuando caemos en el valle de la oscuridad, hemos aprendido lo suficiente para salir de él.  No se trata de reprimir nuestras emociones, sino de brotarlas para que podamos encaminarlas hacia la verdadera sanación”.

Así que, en el espíritu de todo esto, renuncio a todo lo que ‘podría haber sido’, y acepto el regalo del Universo de un nuevo día, un nuevo amanecer, un nuevo comienzo para rehacer mi vida una y otra vez. Es en comprender y apreciar mis pérdidas del pasado que estoy aprendiendo a encontrar la felicidad en las cosas que permanecen.

Sí, no tengo la oportunidad que Jack Campbell o Larry Burrows tuvieron de volver a rehacer sus pasados.

Pero ya eso no importa.

Tengo la oportunidad de hacer que mi presente y futuro tengan paz y apreciación. Tengo la oportunidad de hacer desde este punto las cosas mejores.  Algunas veces, el hecho de que las cosas nunca volverán a ser las mismas puede ser también una bendición. No seré quien solía ser, pero en el quién elijo convertirme depende completamente de mí.

Al hacer este escrito he lanzado todos mis remordimientos al viento y ahora puedo comenzar con borrón y cuenta nueva. A partir de ahora, tengo la intención de vivir mis días dotados por Dios hasta el día en que muera de una manera honorable para que pueda volver a decir,

“Si tuviera que morir hoy, puedo decir que he vivido una vida sin arrepentimientos.” Sabiendo en mi corazón que viví enfrentando mis miedos.  Que me libere de la esclavitud del sufrimiento y he vivido cada día en gratitud por la oportunidad de rehacer y vivir mi vida nuevamente sin arrepentimientos”.

Cariñosamente,

W.