¿Es la vida una serie de casualidades aleatorias? ¿O es la vida una cadena de eventos milagrosos que nos empujan en la dirección de nuestro destino previsto?

¿Hay poder en la oración hasta el punto de provocar que se manifiesten cosas increíbles?

¿Te has preguntado alguna vez si hay más de lo que parecemos percibir, algo del más allá?

No necesitas ser religioso o espiritual para reconocer que a menudo encontramos situaciones que caen en el campo de lo desconocido.

Personas con las que te encuentras de repente que te vienen ayudar en tu momento de más necesidad.  No es una coincidencia.  Eventos dolorosos que ocurren en tu vida para impulsarte a una nueva dirección. Nuevos caminos que nunca podrías haberte imaginado o esperado.

Estas son las cosas que a menudo siguen siendo un misterio y un tema que siempre me ha fascinado. El diccionario define un milagro como un evento extraordinario que desafía las leyes de la naturaleza y la ciencia. Simplemente es algo inexplicable a lo que consideramos natural o normal.

Hace unos años, recuerdo haberme preguntado por qué los milagros ya no ocurren. Milagros como los de tiempos bíblicos. Entonces ¿qué pasó? ¿Nos ha olvidado Dios?  ¿Por qué Dios ya no separa los mares? ¿Por qué Dios ya no aparece como una zarza ardiente y habla conmigo como fue el caso de Moisés? ¿Por qué ya no vemos a gente caminar sobre el agua como lo hizo Pedro cuando siguió a Jesús en el mar de Galilea? ¿Por qué ya no oímos hablar de personas que resucitan de entre los muertos como fue el caso de Lázaro?

¿Por qué se han terminado los milagros?

Se han en realidad terminado?

 EN LA VIDA NO HAY ACCIDENTES! 

La gente dice que no hay ni accidentes ni chances. Cada evento fortuito que vivimos es el resultado de sorprendentes sucesos que surgen de la fuente más profunda de nuestra intensión. Tal vez esta es la forma en que el Universo se comunica con nosotros.  Esas pequeñas  ocurrencias son milagros, y nos muestran que hay una constante presencia cósmica guiando nuestras vidas. Los signos y señales están ahí para confirmar que estamos en el camino correcto.

¿Tú qué piensas?

Somos seres espirituales, somos una fuente de energía que es parte de un plan mucho más grande. Cuando operas desde este punto de vista, los eventos y las circunstancias se desenlazan en movimiento para iluminar tu camino, conspirando para llevarte a tu destino deseado.

¿Te identificas tú con esto?

Nosotros nacemos con un sentido completo de unidad con el Universo.  El velo entre los estados dimensionales de consciencia y el mundo de los espíritus no existe. Esto explica por qué muchas historias de encuentros divinos involucran niños como fue el caso en Fátima o Lourdes.

Como niños, no vemos limitaciones en la manifestación. Cuando éramos niños, no necesitábamos justificaciones ni lógica para aceptar lo que no es palpable o explicable. Nuestra percepción estaba abierta. A medida que crecemos, las influencias del mundo que nos rodea nos hacen menos creyentes. Perdemos nuestro sentido de unidad con el Universo, y nuestra mente racional y empírica toma el control.

¿Qué pasa si nuestra mentalidad escéptica y nuestra visión de túnel estrecho es lo que nos impide presenciar las manifestaciones que otros experimentan?

Mi hija más pequeña extrañamente me dijo: “Cuando aprendas a ver con tu corazón, tus ojos también verán mamá.”

¿Y si ella tiene razón? Necesitamos desadormecer nuestras almas. Necesitamos reconectarnos con nuestro latente sentido de unidad con el Universo para poder percibir que los milagros nos suceden a diario.

¿No sería esa una manera más optimista de vivir?

Solía ​​creer que, aunque los milagros existieron, ya no ocurrían en nuestra etapa moderna. Tenía la impresión de que para que un milagro sucediera, tenía que ser de una magnitud extraordinaria. Más importante aún, pensé que los milagros no le sucedían a la gente común como yo.

Estaba equivocada.

Hace unos años, mi vida dio un giro inesperado y doloroso. Aprendí una serie de lecciones que volvieron a encender mi sentido de unidad con el Universo, lo que me llevó a una nueva mentalidad.  Ahora creo que los milagros no necesitan ser siempre de una magnitud sobrenatural. Para apreciar tus milagros necesitas, como yo lo hice, cambiar tu perspectiva y definición de lo que es un milagro.

Un milagro para mí es un cambio en la percepción. Donde nosotros, como expresiones completas de Dios y el Universo, manifestamos aquello de lo cual estamos abiertos a creer. Si estás en un estado que percibe el mundo como un lugar donde las cosas buenas son posibles, adivina qué va a pasar? Estarás susceptible a ver milagros.

Los milagros a menudo vienen empaquetados en las más simples de las cosas.  Los milagros ocurren a través del poder de nuestra intención a la que a menudo nos referimos como una oración contestada. Cuando las personas cambian su percepción de lo que es un milagro, las personas están más dispuestas a, de hecho, decir: “Oh sí, me ha sucedido un milagro.”

Los milagros están presentes en las cosas que damos por ya hechas o por dadas porque hemos perdido la perspectiva de lo que realmente es un milagro.  Puedo decirte con certeza que todas mis coincidencias y eventos fortuitos no fueron más que empujones del Universo. Empujones que me impulsan y guían hacia mi camino previsto.  Como dijo mi hija, solo necesitaba abrir mi corazón para que mis ojos vieran lo que por alguna razón había olvidado.

Tuve un cambio de percepción. Ya no necesito ver el mar rojo dividido para saber que hay un milagro todos los días para cada uno de nosotros. Ya no creo que los milagros deben ser de naturaleza extraordinaria, aunque pueden serlo. Más que nada, creo que los milagros son el resultado de una ocurrencia cotidiana para aquellos que se dan cuenta de que cualquier y toda cosa es posible.

“Hay solo dos maneras de vivir tu vida. Una es como si nada fuera un milagro. La otra es como si todo lo fuera” Albert Einstein

Piensa en tus experiencias recientes, un evento que no pudiste explicar, pero lo descartaste como un simple golpe de suerte.

¿Podría ser que, como yo lo hacía, rechazaste tu intuición de que algo simple o pequeño podría haber sido un milagro?

¿Alguna vez te has encontrado pensando en alguien a quien no has visto en mucho tiempo y más tarde ese día ves o escuchas de esa persona?

¿Has experimentado la pérdida de un trabajo o alguien a quien amas y pensaste que tu mundo terminaría? Inesperadamente, una oportunidad mejor y más feliz se presenta en tu camino.

¿Has estado en una situación o accidente donde la muerte era segura de suceder, y sin embargo, estás aquí para contar la historia?

Piensa en un momento en el que necesitabas una respuesta.  Te pusiste a orar por una dirección.  Pediste una señal, y de repente obtienes la idea, la respuesta, la inspiración que estabas buscando.

Todos hemos vividos al menos una de esas ocurrencias, pero las apartamos como toques aleatorios de suerte.

Estoy aquí para decirte que no lo son. Estos incidentes son milagros cotidianos que suceden PARA TÍ.  Para guiarte hacia el camino que sirve a tu mayor bienestar.

En los últimos seis meses, he sido testigo de muchos de esos pequeños milagros que a menudo llamamos suertes del destino. Hoy, quiero contarte sobre uno en particular, ya que es la razón por la cual estás leyendo acerca de los milagros en primer lugar.

Hace dos semanas, decidí escribir un blog para Diciembre sobre el amor, la amistad y la esperanza. Quería escribir sobre algo optimista ya que la época navideña se acercaba rápidamente. Yo estaba ansiosa por escribir, pero no estaba muy segura de como comenzar.  Me sentaba en mi computadora y ¿adivina qué? ¡NADA! cero sucedía. No podía ni siquiera expresar una palabra. Empecé a entrar en pánico.

“¿Tengo un bloqueo mental de escritor?”, Me pregunté.

Había oído hablar de este término muchas veces en el pasado, pero nunca había experimentado tal cosa. Todo lo que has leído en mis blogs mensuales me ha llegado tan naturalmente, y los temas nunca han sido planeados. Escribo sobre cosas que se me ocurrieron al leer algo o al vivir algo que sentí la necesidad de compartir contigo.  Pero este momento en particular fue diferente.  Por primera vez tuve un plan y una idea preconcebida de lo que quería escribir. Después de días de agonía y de posponer las cosas, una noche antes de acostarme, decidí preguntarle al Universo.

“¿Me estás tratando de decir algo? ¿Qué prefieres que escriba?”

Me fui a la cama, con la esperanza de un sueño o una visión, pero no llegó nada.  A la mañana siguiente tenía una sesión de EFT (Técnica de Libertad Emocional o Tapping). Mi amiga Hilda Rendl y yo hacemos nuestras sesiones de tapping a través de videoconferencia. Siempre es un placer para mí compartir con ella lo que está sucediendo en mi vida.

Hilda me dijo: “¿Tienes algo específico en lo que quieres enfocarte hoy?”

Respondí: “Bueno, he estado luchando por escribir sobre el amor y la amistad.  Lo intento, pero entre más lo hago, más se niegan las palabras a salir.  A pesar de mis buenas intenciones, estoy empezando a creer que el Universo no quiere que yo escriba sobre eso.”

Hilda saca su baraja de cartas de ángeles y me dice que elija una.  Le digo que las baraje una vez más, lo hace y digo que pare… Selecciono la carta frontal.  Ella lee la tarjeta del ángel que, en resumen, dijo:

“No es egoísta pedirnos ayuda. Cuando nos permites dártela, también inspiras a otros a ver que el camino espiritual te brinda todo el apoyo que se necesita. Esta tarjeta es un recordatorio de que Dios y los ángeles solo pueden intervenir si solicitas nuestra ayuda”.

Raro, ¿no crees?

Me reí. Le dije a Hilda: “Entonces pediré” y procedí a decir en voz alta:

“Necesito saber qué es lo que quieren que escriba. ¿Cuál es el mensaje que necesito transmitir? Necesito una señal. Puede ser una línea que lea en un libro. Puede ser algo que mire en la televisión.  Algo que escuche en un podcast, algo que me inspire, como ha sido el caso en todas las otras ocasiones.”

Cuando Hilda y yo estábamos a punto de finalizar nuestra sesión, compartí con ella una historia real que había visto hacia una semana en un podcast. La historia que había visto fue tan inspiradora que me hizo llorar mientras corría en la cinta. Cuando terminé de contarle a Hilda la historia, ella se sintió abrumada por la emoción y después me dijo: “¿No te das cuenta Waleuska? Los ángeles ya te habían enviado el mensaje. Tu blog es sobre esta historia, sobre milagros”.

Sentí una oleada de energía pasar por mí cuerpo. El Universo me había ya dado la inspiración. Este es el mensaje que necesitaba transmitirte a través de mi escrito. Pero no lo había percatado. Mi prejuicio me había cegado. Mi incapacidad para ver lo obvio fue una lección para mí. Deja que sea una lección para ti también. Al tratar de controlar nuestro mundo de: ‘LO QUE ES’ por lo que: ‘DEBERÍA SER’ bloqueamos el flujo del Universo. Bloqueamos la oportunidad para que el Universo nos guíe e impedimos que los milagros se filtren a través de nuestras vidas.

Así que aquí está la historia que me inspiró a escribirles acerca de los milagros:

Shawn era parte de una congregación bíblica en Louisiana, USA. Una noche, la congregación se reunió para honrar el regreso de Shawn a casa. Shawn había regresado de una misión del Cuerpo de Paz de una área peligrosa del mundo. Había sido enviado a una pequeña aldea que estaba a una considerable distancia del pueblo más cercano. Parte de la responsabilidad de Shawn era hacer un viaje semanal al pueblo para obtener suministros.

Shawn se puso de pie para contarle a su congregación sobre algo que había pasado. “En uno de los viajes al pueblo, me sentí un poco más aprensivo de lo habitual porque además de los suministros y el correo habituales, también llevaba algo de dinero para la aldea. El viaje era lejos, por lo que siempre involucraba hacer campamento por una noche, lo que era un poco aterrador para mí, solo en la selva.”

Shawn continuó,

“Dos semanas después repetí el mismo viaje. Cuando llegué al pueblo, un hombre se me acercó y me dijo que me había seguido en el último viaje. Sabía que llevaba dinero y que había planeado matarme mientras yo acampaba. Me quedé impactado. El hombre me dijo que su plan fracasó porque a medida que se acercaban, notaron que 26 hombres armados me rodeaban. Sacudí la cabeza no creyendo lo que me decían, me reí nerviosamente y le dije al hombre que sin duda estaba solo esa noche en el campamento. Pero el hombre insistió en lo que vieron y me dijo que incluso contaron a los hombres armados y no había duda para ellos.  Vieron 26 hombres a mi alrededor”

Cuando el padre de Shawn escuchó la historia de su hijo, se puso también de pie frente a la congregación y dijo: “Cuando mi hijo me contó esa historia, algo me llamó la atención. Le pedí que me dijera el día exacto en que acampó.  Shawn respondió que había sido el 23 de septiembre.”

El padre explicó,

“La razón por la cual eso fue importante es porque era de mañana para mí en Louisiana y había salido a jugar al golf. Estaba a punto de dar el primer golpe cuando sentí este abrumador impulso de orar por Shawn. La angustia fué tan fuerte que abandoné el campo de golf. Llamé a algunas personas de la congregación para que se unieran a mí a orar por mi hijo.”

El padre procedió a preguntar a la congregación,

“Aquellos hombres a quienes llamé ese día para orar por mi hijo, por favor pónganse de pie cuando diga su nombre… Dave, Dennis, Richard, Bruce, Lloyd, Greg, Juan, León, Brian, Bob, Danny, Eddie, Larry, William, Peter, Joseph, Joey, Reggie, Max, Paul, Joe, Steve, Dan, Bernard, Tom y Kurt “.

Para la sorpresa de Shawn y de todos, 26 hombres permanecieron parados frente a la congregación. ¡Todos impresionados ante el milagro que había sucedido!

Esta historia me cautivó al punto de lágrimas. ¿Podría ser que el amor, la oración y la fe de un padre puedan ser tan fuertes como para desafiar las leyes de la naturaleza?

¿Cómo es posible que los dos ladrones en el momento del ataque vieron a 26 hombres armados protegiendo a Shawn? Precisamente 26 hombres habían sido llamados a orar ese mismo día por Shawn cuando el más lo necesitaba.

¿Coincidencia o un milagro?

¡Tú decides!

Al igual que esta historia, hay cientos de personas que testifican de los eventos milagrosos que han tenido en sus vidas. Gente que ha estado en grandes peligros y han sido salvadas por desconocidos misteriosos que se esfumaron tan rápido como aparecieron.  Personas cuyas vidas fueron salvadas por inusuales retrasos solo para descubrir que, ese segundo de retraso les salvó la vida.

No estoy aquí para convencerte sobre las posibilidades de milagros. Solo estoy aquí para transmitirte un mensaje del Universo: hay milagros a tú alrededor, y muchos son PARA TÍ. El Universo quiere que sepas que nunca estás solo. Nunca pierdas la esperanza. Todo lo que sucede en tu vida, es parte de un plan más grande que tú no puedes todavía comprender.

Me equivoqué al pensar que Dios o el Universo solo hablaban y se manifestaban con gente en tiempos bíblicos.  Ahora sé que Dios nos habla a cada uno de nosotros todos los días y que mejor manera de hacerlo que a través de coincidencias ¿no crees? En las pequeñas cosas que hacen que nos preguntemos a menudo,

“¿Cuáles eran los chances de que esto sucediera?”

Se me han presentado muchos milagros desde que mi vida dio ese giro repentino. Milagros que antes, hubiera rechazado como meras tretas.

Mi cadena de pequeños milagros ha imbuido mi vida con un sentido de misticismo donde no importa lo que se cruce en mi camino, ya no tengo miedo. Vivo con un sentido profundo de certidumbre de que el Universo está siempre en guardia para protegerme. Guiándome hacia mí destino previsto y ahora estoy más consciente que nunca de los milagros en mi camino.

¿Piensa incluso en las probabilidades de que leyeras este blog? Podrías haber elegido fácilmente desechar o no abrir este mensaje y mucho menos leerlo. Sin embargo lo hiciste. El solo hecho de que este blog te llego y que lo estés leyendo es un milagro.

Nunca debes perder la esperanza. Dios quiere que abras tu corazón a las posibilidades de que tú también puedes ver milagros diariamente.  Puede que el Universo me llevo en una dirección diferente de lo que creía que iba a escribir. No obstante, logré el mismo resultado. Pude escribir sobre el amor y la esperanza porque en fin, lo que aprendí de esto es que el AMOR es el único factor motivante para que los milagros sucedan.

Y de esa manera quiero tomar esta oportunidad, para desearles a ti y a tu familia unas pascuas festivas felices, llenos de salud y de prosperidad. Diciembre simboliza la temporada de amor y esperanza. Es la época del año en la que todos recordamos, al menos durante un corto tiempo, que la familia, el perdón y la amistad son realmente cosas importantes para celebrar. La verdadera realización de eso, que nos sucede a todos, independientemente de la raza o religión es UN MILAGRO! 

Te deseo una vida milagrosa

Atentamente,