Cuando escuché por primera vez, “Cura tu pasado,” lo ignoré. No sabía que algo en mi pasado podía ser sanado y no me daba cuenta de las razones por las que tendría que hacer esto. No me daba cuenta cuánta atención le estaba dando a mi pasado y cuánta energía estaba gastando pensando en un evento o persona a la que consideraba responsable por mi dolor.

Todos llevamos una carga pesada con nosotros, una carga que es como un ancla que nos debilita y nos esclaviza a un pasado doloroso. Todos hemos sufrido experiencias dolorosas, eventos y personas que nos han lastimado. Hemos tenido circunstancias que nos marcan y nos cambian de alguna manera y debido a que esas experiencias nos alteran, les asignamos una emoción que nos mantiene conectados a ese doloroso pasado.
Esto no quiere decir que todo nuestro pasado esta formado por experiencias dolorosas. Yo, por mi parte, tengo muchas emociones alegres y expansivas relacionadas con algunos momentos maravillosos.

Sin embargo, me gustaría hablarte acerca del 80 por ciento del tiempo que pasamos sintiendo y pensando en algún problema o en aquel alguien que nos hirió o nos decepcionó. Nuestro cerebro es una huella del pasado. Busca dentro de tu banco de memoria para dar sentido al mundo que está enfrente y por delante. A nuestro cerebro le gusta predecir y controlar el futuro en función a los sentimientos y experiencias de nuestro pasado.

Cuando nuestro cerebro trae un recuerdo, nuestros cuerpos sienten las emociones que sentimos en ese momento específico. El cuerpo físico no puede distinguir si un sentimiento emocional está sucediendo ahora o en el pasado. En otras palabras, cuando revives un momento alegre o doloroso del pasado, tu cuerpo piensa que el momento está sucediendo ahora.

El cerebro subconsciente funciona por asociación y si crees como yo, que nuestros pensamientos tienen poder y que la forma en que pensamos sobre las cosas afecta cómo se desarrolla nuestra vida, entonces seguramente puedes ver el problema, ¿verdad?

Si el 80 por ciento de nuestro tiempo y atención lo pasamos pensando en algo de nuestro pasado, entonces estamos viviendo en el pasado y si nuestro futuro se predice por cómo nos sentimos y pensamos, entonces nuestro futuro no será más que una copia de el pasado.

Nuestra mente subconsciente es responsable del 95 por ciento de todos los programas que ejecutan nuestras actividades diarias. La mente subconsciente se nutre de la familiaridad y aprende solo a través del condicionamiento y la repetición. Cada vez que ponemos nuestra atención en esa cosa o alguien que nos hizo daño, estamos condicionando nuestra mente y cuerpo no solo para vivir en el pasado doloroso, sino también para volvernos adictos a nuestro sufrimiento.

El problema es que hacemos esto inconscientemente y es por eso que liberarse de las emociones del pasado a veces es tan difícil. Con el tiempo, hemos condicionado nuestro cuerpo — la mente subconsciente — a que el pasado es nuestra realidad. La mayoría de las personas se despiertan cada mañana en piloto automático y el hábito es recordar de inmediato los eventos del pasado o las cosas que tienen que hacer y los problemas que necesitan abordar. Antes de siquiera levantarse de la cama, han preparado su cuerpo a producir cortisol, la hormona del miedo, y ahora el cuerpo esta predispuesto a un día de estrés y ansiedad. Hablo por experiencia, vivir en el pasado es el camino más seguro a la enfermedad.

¿Por qué? Los receptores en la superficie de nuestras células, interactúan con nuestras emociones y tejidos y cada vez que sientes las emociones de dolor, ira, resentimiento, traición, pérdida, nuestro cerebro recibe la señal para producir sustancias químicas que coinciden con las emociones que está teniendo. Estas emociones a su vez crean neuropéptidos y cuando nuestras emociones están vinculadas a traumas no resueltos, los neuropéptidos se almacenan a nivel celular en nuestros tejidos y órganos. Con el tiempo, podemos desarrollar todo tipo de problemas no deseados, como inflamación crónica y a veces enfermedades en ciertos órganos que se asocian con nuestros traumas no resueltos.

Cada pensamiento y emoción que tienes conlleva una vibración. Las vibraciones atraen todo lo que resuena en esa misma frecuencia. Si constantemente revives tu pasado doloroso, sientes pena, dolor, vergüenza y culpa, tiendes a atraer cosas, personas y circunstancias a tu vida que vibran a esa misma frecuencia que las emociones que estás emitiendo. Desafortunadamente, el cinco por ciento de tu mente consciente que quiere estar más saludable, la que quiere atraer mejores relaciones y tener más éxito, está trabajando en contra del 95 por ciento que vive de los químicos y las cadenas de tu pasado. ¿Qué crees que atraerás?

¿Cómo sanas tu pasado y desatas tu destino?Tienes tres opciones:

1. Sigue reviviendo tu pasado por el resto de tu vida.
2. Olvídate de lo que te hizo daño ignorandolo.
3. Cambia la emoción que le atribuyistes al evento y libera el trauma.

Solo tú puedes decidir en qué dirección irás. Cambiar y sanar requiere trabajo de tu parte. Puedo decirte por experiencia propia que liberarte de tu pasado requiere un grado major de conciencia, fuerza de voluntad y vigilancia para interrumpir tu accion cada vez que estás en tu pasado y para entrenar tus pensamientos y emociones y dirigirlos al momento presente.

Es posible que escuches a las personas decir que la mejor manera de liberarte del pasado es ignorandolo. “Mételo debajo de la alfombra y nunca mires atrás: Céntrate en el futuro, no en el pasado.” Seguí este consejo durante muchos años. De hecho, es por eso que la terapia para mí no funcionó. Las personas pasan cada sesión volviendo a contar y reviviendo el pasado sin resolución, o se nos dice que lo guardemos y miremos hacia adelante, no hacia atrás.

No podemos navegar a nuestro nuevo destino mientras todavía estamos anclados al puerto. Solo porque crees que has dejado tu pasado en el pasado; no significa que estés libre de el. Confía en mí, llevaba el ancla conmigo a todas partes: en cada relación, trabajo, vida y circunstancia.

Para navegar hacia el futuro, primero debemos pelar todas las capas de nuestro subconsciente y sanar cada parte de nuestro pasado. Empujarlo debajo de la alfombra con la esperanza de que si no lo vemos tal vez no existe es una ilusión. Pensar en el pasado inconscientemente tampoco te ayudará. Simplemente continuarás replicando el patrón en tu futuro.
He sido afortunada de haber descubierto cómo sanar mi pasado. Tengo la suerte de haber trabajado con más de 1,000 personas de casi 85 países, a través de mi programa “The Gratitude Experiment,” FMTG ayudándolos a sanar su pasado.

De mi experiencia, esto es lo que aprendí:

Créeme cuando te digo que no hay ruta alterna para el dolor. Si no puedes sentirlo, no puedes sanarlo. Por lo tanto, les aconsejo a mis estudiantes en mi programa de gratitud, FMTG, que el primer paso en su sanasion esta en el conceder, en el permiso de sentir. Permítete sentir y sentir lo que sea que estás enfrentando o has enfrentado profundamente sin vergüenza ni culpa. El acto de permitir y no resistir lo que se encuentra en el receso más profundo de tus heridas subconscientes y que salgan a la superficie es lo que finalmente ayuda a liberar esas energías atrapadas y sanar.

Todos esos neuropéptidos que se han quedado en tus células y tejidos están esperando que algo cambie, que algo se mueva para finalmente poder metabolizarse y liberarse.
Soy una proponente de liberar el pasado, pero para hacer esto, primero debes hacer una breve visita por el carril de la memoria, no para revivir el trauma, sino para visitar la situación y cambiar la emoción que has asociado y conectado con ese evento doloroso. Quiero ser clara, no puedes cambiar el evento, pero si puedes regresar a el, en un estado meditativo para reemplazar la emoción.

A mis estudiantes de mi programa de gratitud se les enseña a volver a ese tiempo particular y se les sugiere sentarse con el señor Dolor y la Señora Oscuridad y Pena. Aprenden a enfrentar a sus demonios, a arrojar luz a su sombra y convertir su dolor en sabiduría cambiando la forma en que piensan sobre el evento, centrándose en la lección, no en el dolor.

No te estoy recomendando que vuelvas a revivir el pasado. Estoy abogando por regresar y enfrentar tu sombra sin vergüenza ni culpa, pero con compasión y gratitud por ser parte de quien eres. Una vez que ya no resistas el evento, tu energía cambiara. La emoción asociada con él evento se debilita y ya no tiene una carga energética sobre ti. Caminas más ligero y más libre cuando las cadenas que te han atado se disuelven.

Debes visitar consciente e intencionalmente tu pasado porque no puedes construir un futuro con las mismas herramientas, emociones, pensamientos y comportamientos que utilizastes para tomar las decisiones que te llevaron a tu doloroso pasado.
Si constantemente estás juzgando el mundo a través de los lentes del pasado, percibirás y veras al mundo como eres y no como son las cosas en realidad. Tu visión del mundo se vuelve distorsionada, estrecha y dolorosa.

No puedes construir un presente alegre con las mismas circunstancias y hábitos que te llevaron a las partes dolorosas de tu vida que ahora estás tratando de olvidar o superar.
Cuando perdonas y aceptas tu pasado, ya no tienes la necesidad de seguir recordándolo. Tu atención ya no está allí y cuando quitas tu atención de tu pasado, ahora tu energía puede ser dirigida al momento presente, creando un futuro de posibilidades. Tu pasado ya no es un predictor y determinante de tu futuro, sino simplemente una herramienta de enseñanza.

Solo cuando liberas el apego al pasado y cambias las emociones que sentistes por él, es cuando uno puede comenzar a definirse por una visión del futuro que deseas crear. FMTG enseña a los estudiantes a condicionar sus cuerpos y mentes a primera hora de la mañana con cinco minutos de gratitud concentrada: gratitud por el momento presente y por sus bendiciones actuales.

El acto de conectar y sentir conscientemente emociones sinceras como el amor, la aceptación, el aprecio y la compasión de manera constante, le enseña a tu cuerpo a crear nuevos pensamientos y sentir nuevas emociones que a su vez dirigen a tu cerebro a crear más sustancias químicas que coinciden con las emociones que estas sintiendo y se abre un nuevo mundo de posibilidades.

Cuando sigues practicando y ensayando sumergido en el momento presente, inevitablemente saldrás de la cama y comenzarás tu día sintiéndote como una persona nueva, más presente, más amoroso, más conectado contigo mismo y con todo en tu mundo. Y al menos durante esos cinco minutos, ya no estás atado a tu pasado o tu dolor. Estás en el momento presente, más presente con la vida.

Cuando pones tu atención en el momento presente con emociones de alta vibración, ya no estás en el pasado y comienzas a atraer lo que resuena con la firma vibratoria de la posibilidad. El resultado final es que te conviertes en un imán para los milagros.

Si quieres sanar tu pasado y desatar tu destino, comienza por perdonar y dejar ir tu pasado. A través del acto de reconocimiento, desenvuelve cada trauma, cada condicionamiento de la infancia, cada programa social y mediante el acto de compasión y perdón, sanas cada capa de tu pasado a través de la gratitud. Solo así podrás ser completamente libre y construir la vida que estás destinado a tener.

Para obtener información sobre cómo registrarse para FMTG:

The 5 Minute Gratitude Experiment FMTG